La enfermedad renal puede causar edema sistémico, siendo el cuello una zona comúnmente afectada. Si los riñones no pueden eliminar eficazmente el exceso de líquido del cuerpo, el líquido puede acumularse en el tejido del cuello, causando hinchazón.
En algunos pacientes con enfermedad renal, se pueden escuchar sonidos anormales del flujo sanguíneo en la arteria carótida debido a la hipertensión u otros problemas vasculares, conocidos como soplo carotídeo.
Si bien los problemas de tiroides no siempre están directamente relacionados con la enfermedad renal, ambos involucran al sistema endocrino y a veces pueden ocurrir juntos. El agrandamiento de la tiroides puede causar hinchazón o bultos en la parte frontal del cuello.
Los pacientes con enfermedad renal pueden experimentar piel seca, picazón o cambios de color, que también pueden ser notorios en el cuello.
La enfermedad renal puede llevar a una respuesta del sistema inmunológico, a veces resultando en ganglios linfáticos agrandados en el cuello.
Es importante notar que estos síntomas no necesariamente están directamente relacionados con la enfermedad renal y pueden indicar otras enfermedades o condiciones. Si estos síntomas ocurren, es recomendable buscar atención médica para un examen exhaustivo, obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado.