Si te encuentras resfriándote o infectándote con más frecuencia que antes, podría ser una señal de que tu sistema inmunológico se está debilitando.
El sistema inmunológico no solo es responsable de combatir infecciones, sino que también juega un papel en la curación de heridas. Si tus heridas tardan más en sanar de lo habitual, puede indicar una disminución en la función inmunológica.
La fatiga persistente y la falta de energía pueden ser la forma en que tu cuerpo te dice que está luchando contra infecciones o que tu sistema inmunológico no es lo suficientemente fuerte.
El sistema inmunológico está estrechamente relacionado con la salud del sistema digestivo. La diarrea frecuente, el estreñimiento o las molestias estomacales podrían ser signos de un sistema inmunológico debilitado.
El estrés y los cambios de humor pueden afectar la función del sistema inmunológico. Si te resulta difícil lidiar con el estrés o experimentas problemas de salud mental, podría estar relacionado con una disminución de la inmunidad.