Pequeños bultos amarillos o naranjas en la piel, especialmente alrededor de los párpados, conocidos médicamente como xantomas, son un signo típico de lípidos sanguíneos anormales.
Los lípidos sanguíneos altos pueden aumentar la viscosidad de la sangre, lo que lleva a un flujo sanguíneo más lento y afecta el suministro de sangre a la retina, causando visión borrosa.
Los lípidos sanguíneos altos pueden causar aterosclerosis, afectando el flujo sanguíneo al cerebro y causando síntomas como mareos y dolores de cabeza.
Los lípidos sanguíneos altos pueden provocar aterosclerosis coronaria, causando isquemia miocárdica y resultando en síntomas como opresión y dolor en el pecho.
Los lípidos sanguíneos anormales pueden afectar la salud vascular periférica, llevando a una mala circulación sanguínea en las extremidades y causando sensaciones de entumecimiento o debilidad.
Los lípidos sanguíneos altos pueden hacer que la grasa se acumule en el hígado, llevando a hígado graso, que puede estar acompañado de malestar o dolor en el abdomen superior derecho.