Sí, en general, a medida que envejecemos, especialmente después de los 60 años, nuestra sensibilidad al gusto y al olfato disminuye. Esto es parte del proceso natural de envejecimiento. Por supuesto, otros factores también pueden llevar a la pérdida del gusto y del olfato, incluyendo:
La pérdida del gusto y del olfato puede afectar significativamente la calidad de vida, a menudo provocando una disminución del apetito y malnutrición. A veces, la pérdida del gusto y del olfato también puede causar depresión. Además, a medida que el gusto y el olfato se vuelven menos sensibles, es posible que añadas más sal o azúcar a tu comida para mejorar el sabor, lo cual no es bueno para las personas con hipertensión o diabetes.
Si notas una pérdida gradual de la sensibilidad al gusto y al olfato, es mejor que consultes a un médico. Si es causada por el envejecimiento, puede que no haya mucho que hacer. Sin embargo, si es causada por otros factores, podría ser tratable. Por ejemplo, para los problemas de gusto y olfato causados por medicamentos, un médico puede intentar ajustar la dosis o cambiar el medicamento. Para los problemas causados por enfermedades orales, nasales o sinusales, un médico puede proporcionar el tratamiento adecuado. Si fumar es la causa, dejar de fumar puede ayudar a restaurar el gusto y el olfato.