Beber una cantidad adecuada de agua ayuda a mantener el equilibrio de hidratación del cuerpo, previniendo la deshidratación nocturna.
El agua es crucial para los procesos metabólicos del cuerpo y ayuda a mantener las funciones fisiológicas normales.
Si sientes sed, beber una cantidad adecuada de agua puede aliviar la incomodidad.
El agua juega un papel positivo en el mantenimiento de la elasticidad y el brillo de la piel.
La ingesta moderada de agua ayuda con la digestión de los alimentos durante la noche.
El agua ayuda a diluir la sangre, reduciendo la viscosidad de la sangre durante la noche y disminuyendo el riesgo de eventos cardiovasculares.