La atorvastatina es conocida por su reducción de alta intensidad del colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C). Incluso con una dosis baja de 10 mg, puede reducir el LDL-C en más del 30%, y a dosis más altas (40 mg), la reducción puede superar el 50%. En los países occidentales, la dosis máxima recomendada de atorvastatina es de 80 mg, pero en China, la sensibilidad al medicamento generalmente limita la dosis recomendada a 40 mg.
La atorvastatina tiene una vida media de hasta 14 horas, con una duración efectiva que dura entre 20 y 30 horas. Su absorción y metabolismo no se ven afectados por los alimentos, lo que proporciona flexibilidad en la administración, ya que se puede tomar antes o después de las comidas.
Metabolizada principalmente en el hígado, la atorvastatina tiene un impacto mínimo en la función renal. Incluso los pacientes con insuficiencia renal generalmente no requieren ajustes de dosis. Los estudios sugieren que la atorvastatina ayuda a proteger los vasos sanguíneos, reducir la mortalidad cardiovascular y no afecta negativamente la función renal.
Entre los medicamentos con estatinas, la atorvastatina es única en su leve promoción de la excreción de ácido úrico, lo que la hace ventajosa para los pacientes con hiperuricemia.
Además de sus efectos de reducción de lípidos, la atorvastatina estabiliza las placas ateroscleróticas y reduce el riesgo de eventos cardiovasculares. El uso a largo plazo de atorvastatina puede aliviar la inflamación crónica del endotelio vascular, protegiendo así contra la aterosclerosis.