Mucha gente se preocupa de que la lactancia materna pueda afectar la forma o el tamaño de sus senos, pero la investigación muestra que la lactancia materna no tiene estos efectos negativos.
La caída de los senos después del parto es una preocupación común. Durante el embarazo, los senos se vuelven más llenos y pesados, lo que puede estirar los ligamentos que los sostienen. Este estiramiento es una causa principal del hundimiento de los senos después del embarazo, independientemente de si amamantas o no. Cuantos más embarazos tengas, más pronunciado puede ser el hundimiento, especialmente en mujeres con senos más grandes.
Otros factores que pueden contribuir al hundimiento de los senos incluyen el envejecimiento y el tabaquismo (ambos reducen la elasticidad de la piel). Además, tener sobrepeso también puede provocar el hundimiento de los senos.
Recuerda: La leche materna es el alimento más ideal para la mayoría de los bebés. No rechaces amamantar por miedo a la caída de los senos.