Sí. La exposición al humo de segunda mano es un factor de riesgo para los ataques cardíacos. El humo de segunda mano incluye el humo de los cigarrillos encendidos, pipas o el humo exhalado por los usuarios de tabaco.
Cualquier cantidad de humo de segunda mano es perjudicial para el corazón y los vasos sanguíneos. Inhalar humo de segunda mano puede hacer que las plaquetas (las células sanguíneas responsables de la coagulación) sean más pegajosas, haciendo que la sangre sea más propensa a coagularse. Si un coágulo bloquea el flujo sanguíneo, puede causar un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
El humo de segunda mano puede causar que las arterias no se dilaten. Esta condición se llama disfunción endotelial. Muchos tipos de enfermedades cardiovasculares están asociadas con esta condición.
Los químicos en el humo de segunda mano también pueden irritar el revestimiento de las arterias, haciendo que se hinchen (inflamación) y se endurezcan. Esta inflamación puede estrechar las arterias, aumentando el riesgo de dolor en el pecho relacionado con el corazón (angina) y ataques cardíacos.
Un gran número de estudios han encontrado que la incidencia de enfermedades cardíacas disminuyó en áreas donde se implementaron prohibiciones de fumar.
Para evitar inhalar humo de segunda mano, intente:
– Elegir lugares libres de humo, como restaurantes sin humo o centros comerciales sin humo.
– Evitar lugares donde la gente esté fumando, incluso si es un espacio abierto.
– Pedir a los fumadores en su hogar o aquellos con quienes entra en contacto con frecuencia que fumen afuera.
– Animar a aquellos con quienes entra en contacto con frecuencia a dejar de fumar.
Si tiene una enfermedad cardíaca o antecedentes de ataques cardíacos, es especialmente importante evitar inhalar humo de segunda mano.
Si fuma, dejar de fumar es la mejor manera de reducir el riesgo de ataques cardíacos. Si necesita ayuda para dejar de fumar, hable con su proveedor de atención médica sobre los métodos para dejar de fumar.