En las primeras etapas, el cáncer de pulmón puede no mostrar síntomas evidentes, o los síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades comunes, lo que facilita que se pasen por alto.
Una tos persistente, especialmente en personas que no fuman, puede ser un signo temprano de cáncer de pulmón. La tos puede empeorar gradualmente y puede ir acompañada de flema o sangre.
El cáncer de pulmón puede afectar la función normal de los pulmones, causando dificultad para respirar o falta de aire.
El cáncer de pulmón puede provocar dolor o malestar en la pared torácica o dentro de la cavidad torácica.
Cuando el cáncer de pulmón afecta las estructuras cercanas, puede causar dificultad para tragar.
El cáncer de pulmón puede propagarse a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo, incluidos el cerebro, lo que provoca dolores de cabeza.
La pérdida de peso inexplicable puede ser un síntoma de cáncer de pulmón.