Debido al potencial de que muchos pacientes diabéticos desarrollen gradualmente nefropatía diabética, es crucial realizar un análisis de microalbuminuria en la orina al menos cada seis meses.
Se recomienda someterse a pruebas electrofisiológicas nerviosas, incluyendo la medición de la velocidad de conducción nerviosa y la electromiografía, cada 6 a 12 meses.
Los pacientes diabéticos son propensos a la enfermedad periodontal. La gingivitis recurrente puede llevar a la reabsorción gradual del hueso alveolar, causando potencialmente dientes flojos o incluso la pérdida de dientes. Por lo tanto, se debe realizar un examen oral cada seis meses.
Controlar la presión arterial y los niveles de lípidos es crucial para los diabéticos. Los pacientes con presión arterial normal deben medirla al menos una vez a la semana. Además, se deben revisar los niveles de lípidos en la sangre cada seis meses.
Los exámenes regulares de fondo de ojo son esenciales para prevenir enfermedades de la retina, hemorragias en el fondo de ojo o cataratas, y para evitar la pérdida de visión o la ceguera. Se debe realizar un examen de fondo de ojo al menos cada seis meses.
La enfermedad cardíaca diabética incluye neuropatía autonómica, enfermedad coronaria y miocardiopatía. Por lo tanto, se debe realizar un ECG, pruebas electrofisiológicas autonómicas cardíacas y un ultrasonido cardíaco cada seis meses.
No se debe pasar por alto la enfermedad vascular periférica en los diabéticos. Un ultrasonido puede detectar cambios vasculares periféricos tempranos y debe realizarse al menos cada seis meses.
Si los niveles de glucosa en sangre son altos, es necesario un análisis de orina. El análisis de orina no solo refleja los niveles de glucosa en sangre y la presencia de cetonas, sino que también ayuda en la detección temprana de la nefropatía diabética. Se debe realizar un análisis de orina cada seis meses.