Una piel inusualmente pálida puede ser un signo de anemia, una condición en la que los niveles de glóbulos rojos o hemoglobina en la sangre están por debajo de lo normal.
El amarilleo de la piel y los ojos puede indicar problemas hepáticos o la rápida descomposición de los glóbulos rojos, lo que lleva a niveles elevados de bilirrubina.
Manchas o moretones inusuales de color púrpura o rojo en la piel pueden indicar un bajo recuento de plaquetas o trastornos de la coagulación.
Los patrones de moretones en forma de red de color azul o púrpura en la piel pueden ser signos de vasculitis u otros problemas vasculares.
La picazón persistente puede estar relacionada con trastornos sanguíneos como enfermedades hepáticas o ciertos tipos de cáncer.