Nuestra sangre contiene plaquetas, que juegan un papel en la coagulación. Cuando los vasos sanguíneos se rompen y sangran, las plaquetas se agregan para formar un coágulo de plaquetas, deteniendo el sangrado. A medida que las personas envejecen, a menudo sufren diferentes grados de enfermedades vasculares, lo que los hace más propensos a la trombosis. Tanto los ataques cardíacos como los accidentes cerebrovasculares son enfermedades trombóticas. Cuando ocurre un trombo agudo, puede llevar a consecuencias graves. Para prevenir este riesgo, los médicos a menudo recomiendan medicamentos antiplaquetarios para pacientes con enfermedad coronaria.
Los medicamentos antiplaquetarios comunes incluyen aspirina y clopidogrel. Después de la instalación de un stent cardíaco, los medicamentos antiplaquetarios son esenciales, y a veces los médicos pueden recomendar terapia antiplaquetaria dual, que implica el uso combinado de dos medicamentos antiplaquetarios.
La enfermedad coronaria, o enfermedad cardíaca coronaria aterosclerótica, ocurre cuando las arterias coronarias se endurecen debido a la aterosclerosis. Este proceso crea placas arteriales, estrechando o incluso bloqueando los vasos sanguíneos. Los lípidos sanguíneos altos juegan un papel crucial en este proceso. Por lo tanto, para los pacientes con enfermedad coronaria, tomar medicamentos para estabilizar los lípidos sanguíneos y las placas arteriales es vital.
Actualmente, las estatinas se utilizan para estabilizar los lípidos sanguíneos y las placas arteriales. Según las condiciones individuales y el consejo del médico, se puede elegir entre atorvastatina, simvastatina, lovastatina o pravastatina.