El tinnitus es un sonido anormal percibido en los oídos, como zumbidos, siseos o sonidos similares a los de las cigarras, incluso en ausencia de ruido externo.
El tinnitus ocasional puede ser causado por factores como fatiga o ruido, pero el tinnitus persistente, especialmente sin causas evidentes, debe tomarse en serio.
El tinnitus causado por un derrame cerebral suele ser continuo y no se ve afectado por el entorno externo. Esto puede deberse a un flujo sanguíneo obstruido en el oído interno, lo que provoca sonidos anormales a medida que el oído intenta procesar las señales dañadas.
El tinnitus repentino también es digno de mención, especialmente si va acompañado de mareos, dolores de cabeza o visión borrosa, ya que puede señalar una enfermedad cerebrovascular. El tinnitus unilateral debe ser particularmente atendido, ya que a menudo no está relacionado con enfermedades del oído, sino con un desequilibrio en el suministro de sangre al cerebro.
La pérdida de audición es otra señal de advertencia importante para la salud del oído. La disminución gradual de la audición con la edad es normal, pero la pérdida de audición rápida, o la pérdida de audición acompañada de otros síntomas como mareos o dolores de cabeza, puede ser un precursor de un derrame cerebral.
Un derrame cerebral que cause un suministro insuficiente de sangre al cerebro puede afectar la función del nervio auditivo, provocando una pérdida de audición repentina que no puede aliviarse incluso con un audífono.
La pérdida de audición leve puede manifestarse como una sensación de bloqueo en el oído, haciendo que los sonidos parezcan apagados. Cuando la pérdida de audición va acompañada de congestión e incomodidad en el oído, se debe considerar el riesgo de un derrame cerebral. En tales casos, es importante buscar atención médica de inmediato para un examen completo y descartar la posibilidad de un derrame cerebral.