03. Arteria Coronaria: Grado de Estrechamiento Menor al 50%
Un estrechamiento de la arteria coronaria superior al 50% es un “indicador de oro” para diagnosticar la enfermedad coronaria (EC). Esto indica que se ha formado una placa y puede progresar aún más, causando un estrechamiento más severo. Cuanto más significativo sea el estrechamiento de la arteria coronaria, mayor será el riesgo de infarto agudo de miocardio (ataque cardíaco).
La EC se debe principalmente a trastornos del metabolismo de los lípidos a largo plazo, que provocan la deposición de lípidos en las paredes internas de las arterias, formando placas que obstruyen las arterias coronarias. Esta obstrucción puede causar isquemia en las células del miocardio en el extremo distal del vaso obstruido, lo que lleva a angina de pecho. Una obstrucción severa puede ocluir completamente el vaso, resultando en necrosis de las células del miocardio e infarto agudo de miocardio, lo que puede poner en peligro la vida.
Por lo tanto, el enfoque del tratamiento de la EC está en la prevención. Es crucial desacelerar o revertir el estrechamiento de las arterias coronarias (a menos del 50%).
04. Fracción de Eyección: Mayor al 50%
La fracción de eyección (FE) es uno de los indicadores clave de la salud del corazón. Se refiere al porcentaje de sangre que se bombea desde los ventrículos del corazón con cada latido, en comparación con el volumen total de los ventrículos al final de la diástole. La FE se puede evaluar a través de una ecografía cardíaca.
La FE refleja directamente el tipo y la gravedad de la insuficiencia cardíaca. Una FE más alta generalmente indica una función cardíaca más fuerte, con un rango normal de 50% a 70%.
Cuando la FE es menor al 50%, sugiere una tendencia a la insuficiencia cardíaca o insuficiencia cardíaca.
Condiciones como la miocardiopatía dilatada, la fibrilación auricular y la miocardiopatía hipertrófica pueden causar cambios en la estructura del corazón en sus etapas finales, lo que lleva a insuficiencia cardíaca y una disminución de la FE. Una vez que la FE disminuye, es irreversible, y los pacientes tienen más probabilidades de experimentar síntomas de insuficiencia cardíaca, como disnea, fatiga y edema, requiriendo tratamiento activo de la enfermedad cardíaca subyacente.