El aceite de oliva es adecuado para métodos de cocción a baja temperatura como estofar, hervir, cocinar al vapor, hornear y asar. Estos métodos evitan que el aceite de oliva alcance rápidamente su punto de humo, reduciendo así la producción de sustancias nocivas.
El aceite de oliva puede usarse directamente como aderezo para ensaladas o como dip para vegetales frescos o pan. Esta forma de consumo retiene los componentes nutricionales y el sabor del aceite de oliva.
Aunque el aceite de oliva comienza a descomponerse a altas temperaturas y produce sustancias nocivas, puede usarse a temperaturas más bajas. Por ejemplo, al agregar rápidamente los ingredientes a la sartén después de agregar el aceite de oliva y saltearlos antes de que cambien de color, puedes minimizar la producción de sustancias nocivas.
El aceite de oliva no es adecuado para freír a altas temperaturas debido a su bajo punto de humo, lo que lleva a la descomposición del aceite y la producción de sustancias nocivas. Si necesitas freír a altas temperaturas, opta por aceites con puntos de humo más altos como el aceite de maní o de canola.
El aceite de oliva se puede usar en la repostería, como sustituto de la mantequilla en recetas de pasteles o galletas. Usar aceite de oliva a bajas temperaturas preserva su valor nutricional y agrega un sabor único.
El aceite de oliva se puede usar como condimento, por ejemplo, añadido a ensaladas o utilizado en la marinación de carnes y vegetales. Realza el aroma de los alimentos y ayuda a mantener su frescura.