El primer signo de neumonía en los niños suele ser un aumento de la frecuencia respiratoria, especialmente cuando el niño no tiene fiebre alta. Para los niños menores de 3 meses, más de 60 respiraciones por minuto; para los de 3-12 meses, más de 50 respiraciones por minuto; y para los niños mayores de 1 año, más de 40 respiraciones por minuto indican respiración rápida.
Si un niño tiene fiebre y tos, pero por lo demás está de buen ánimo, puede jugar y le gusta reír, la probabilidad de neumonía es baja.
Por otro lado, si el niño está letárgico, tiene los labios azulados, está irritable, llora o está somnoliento, especialmente si duerme mucho, puede indicar una condición más grave.