Las madres con un buen estado de los músculos del piso pélvico generalmente pueden sentir la firmeza de estos músculos. Al menos pueden controlar voluntariamente la excreción de orina y gases, y pueden detener rápidamente el flujo de orina o la expulsión de gases cuando sea necesario.
Un buen estado de los músculos del piso pélvico significa tener un buen control de la orina. Por ejemplo, ser capaz de controlar la micción, especialmente al toser, estornudar, saltar o realizar otras actividades vigorosas, sin experimentar incontinencia urinaria.
Si se consulta a un médico, se puede realizar una prueba de fuerza de los músculos del piso pélvico para evaluar la función y el estado de estos músculos. Un método común es la prueba con los dedos, que detecta la actividad muscular y la tensión a través del examen con los dedos.
Un mal estado de los músculos del piso pélvico puede provocar una serie de síntomas como incontinencia urinaria, micción frecuente, dificultad para defecar o prolapso de órganos pélvicos.
Después del parto, las madres deben prestar mucha atención al estado de sus músculos del piso pélvico. Pueden considerar hacer ejercicios de Kegel para fortalecer estos músculos después de que el loquio haya cesado por completo. Si los síntomas son graves, se recomienda consultar a un médico de inmediato para evitar afectar la calidad de vida.