Las venas varicosas pueden indicar una obstrucción en el camino de la sangre de regreso al corazón. Aunque su relación con la enfermedad cardíaca no es tan directa como otros síntomas, se puede usar como referencia.
Sentir dolor o calambres en los muslos, las nalgas o las pantorrillas al caminar puede ser un signo de enfermedad oclusiva de la arteria ilíaca.
Si el dolor en el pecho se extiende a la parte superior o inferior de la espalda, puede ser un signo sutil de un ataque cardíaco, especialmente en mujeres.
Las llagas abiertas en los pies pueden ser un signo de una afección cardíaca llamada enfermedad oclusiva de la arteria ilíaca, donde la aorta está bloqueada.
El dolor frecuente e inexplicable en los dedos de los pies, junto con notar frialdad o entumecimiento en las piernas en reposo, es otro signo de enfermedad oclusiva de la arteria ilíaca.
Si el color de los pies cambia, como volverse pálido o morado, puede indicar una mala circulación sanguínea, posiblemente debido a la débil función de bombeo del corazón.