Si bien una dieta saludable es la mejor manera de obtener vitaminas y minerales, incluso con una dieta equilibrada, es posible que aún te falten ciertos nutrientes esenciales durante el embarazo. Por lo tanto, para garantizar un desarrollo fetal adecuado, debes tomar vitaminas prenatales y nutrientes clave. Aquí hay algunos puntos importantes a considerar:
La mayoría de las vitaminas prenatales contienen más ácido fólico, calcio y hierro. El ácido fólico ayuda a prevenir defectos del tubo neural (anomalías graves del cerebro y la médula espinal). El calcio ayuda tanto a la madre como al bebé a fortalecer los huesos y mantener el funcionamiento normal de la sangre, los músculos y los nervios. El hierro es vital para el desarrollo de la sangre y los músculos y ayuda a prevenir la anemia por deficiencia de hierro. Algunos estudios también sugieren que las vitaminas prenatales pueden reducir el riesgo de bajo peso al nacer.
La mayoría de las vitaminas prenatales no incluyen ácidos grasos omega-3, que promueven el desarrollo cerebral fetal. Si tu dieta carece de omega-3, tu médico puede recomendar suplementos de omega-3 (como aceite de pescado). Además, la vitamina D es crucial, especialmente en el último trimestre, ya que las necesidades de calcio aumentan durante este período y la vitamina D ayuda a la absorción de calcio. Asegúrate de tener suficiente ingesta de vitamina D a través de leche fortificada o suplementos.
Comienza a tomar vitaminas prenatales tres meses antes de la concepción. El tubo neural (el precursor del cerebro y la médula espinal del bebé) se desarrolla en el primer mes de embarazo, a menudo antes de que sepas que estás embarazada. Continúa tomándolas durante todo tu embarazo. Traga las vitaminas con agua o jugo, no con leche o refrescos.
Generalmente, no hay efectos secundarios. Algunas mujeres pueden experimentar náuseas o estreñimiento (debido al contenido de hierro).
Si las vitaminas prenatales causan náuseas, intenta:
Si experimentas estreñimiento, intenta: