Algunos estudios sugieren que beber té puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, un estudio encontró que las personas que beben té regularmente tienen una disminución más lenta en los niveles de “colesterol bueno” en su sangre, mientras que los niveles de “colesterol malo” no cambian significativamente. Esto ayuda a reducir el riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
Los polifenoles del té tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios, que pueden reducir la viscosidad de la sangre, bajar los niveles de lípidos en la sangre, mejorar la elasticidad vascular y prevenir la ruptura de los microvasos, beneficiando así la salud del corazón y los vasos sanguíneos.
Si bien beber té es beneficioso para la salud cardiovascular, la moderación es importante. Se recomienda beber al menos 3-4 tazas de té al día, pero evitar beber demasiado a la vez y agregar demasiada azúcar y leche, ya que esto puede afectar la eficacia de los polifenoles del té.
Por ejemplo, el té fuerte contiene más cafeína y teofilina, lo que puede causar palpitaciones e insomnio. El té demasiado caliente puede irritar la garganta, el esófago y el estómago, aumentando el riesgo de cáncer. Las hojas de té mohosas pueden contener moho dañino.
Sin embargo, deben prestar atención al tipo de té y al momento de beberlo para evitar afectar el sueño o la presión arterial. Por ejemplo, el té verde y el té Pu-erh pueden ayudar a reducir los lípidos en la sangre y reducir la trombosis, pero se debe evitar el té fuerte por la noche para no afectar el sueño.
El té verde es rico en polifenoles del té y es especialmente beneficioso para la salud cardiovascular de las mujeres. El té oolong es más beneficioso para la salud cardiovascular de los hombres, ya que puede reducir la arteriosclerosis y la formación de trombos.