El haloperidol es un bloqueador de los receptores de dopamina con una alta tasa de eficacia del 70-80% en el tratamiento de los trastornos de tics. Fue uno de los primeros medicamentos utilizados para este propósito.
Los efectos secundarios del haloperidol son relativamente significativos y dependientes de la dosis. Los efectos secundarios comunes incluyen somnolencia, fatiga, mareos, estreñimiento, taquicardia, dificultad para orinar y reacciones extrapiramidales (como distonía aguda, acatisia y temblores similares a los del Parkinson). Los efectos secundarios raros incluyen discinesia tardía, debilidad muscular tardía, sedación, aumento del apetito, fobias escolares y sociales y síntomas depresivos. Los efectos secundarios sedantes a menudo se acompañan de irritabilidad, y la sedación a largo plazo puede afectar la inteligencia.
Para evitar o mitigar los efectos secundarios del haloperidol, siga estos principios: comience con una dosis baja y personalice la dosificación; mantenga una dosis baja y aumente temporalmente si los síntomas empeoran; use biperiden para contrarrestar sus efectos secundarios.
Los padres deben observar de cerca a su hijo en busca de efectos secundarios y su gravedad mientras toma haloperidol, informando cualquier preocupación al médico con prontitud para ajustar la dosis si es necesario.