Para algunas personas, beber agua antes de acostarse puede llevar a múltiples viajes al baño durante la noche, interrumpiendo la calidad del sueño.
Beber demasiada agua antes de acostarse puede causar una leve hinchazón alrededor de los ojos u otras partes del cuerpo a la mañana siguiente.
Para las personas con problemas renales, beber agua antes de acostarse puede aumentar la carga de filtración en los riñones.
Si no se mantiene una higiene oral adecuada después de beber agua, la humedad residual puede promover el crecimiento bacteriano, afectando la salud oral.
Aquellos con enfermedades cardíacas o una tendencia al edema deben ser más cautelosos al beber agua antes de acostarse.
Beber agua que lleva a una micción nocturna frecuente puede interrumpir el ciclo del sueño y afectar la calidad del sueño.