Vericiguat debe usarse bajo la orientación de un cardiólogo u otro especialista. No debe administrarse por cuenta propia.
La dosis de vericiguat debe ajustarse según la prescripción del médico. Generalmente, el tratamiento comienza con una dosis baja, que se aumenta gradualmente a una dosis de mantenimiento según la tolerancia y respuesta del paciente.
Vericiguat puede causar una caída de la presión arterial, por lo que es necesario un monitoreo regular para evitar la hipotensión.
Dado que vericiguat se excreta principalmente a través de los riñones, se debe monitorear la función renal durante el tratamiento, especialmente en pacientes con insuficiencia renal.
Vericiguat puede causar efectos secundarios como mareos, hipotensión, dolor de cabeza, náuseas y diarrea. Cualquier síntoma de este tipo debe informarse al médico de inmediato.
Vericiguat no debe suspenderse abruptamente a menos que lo indique un médico, ya que esto podría empeorar los síntomas de insuficiencia cardíaca.