1. Prevenir infecciones: Evita enfermedades infecciosas y epidemias. Prevén resfriados, diarreas e infecciones relacionadas con la salud reproductiva.
Mantén la higiene personal, lávate las manos con frecuencia y evita el contacto cercano con personas infectadas.
2. Chequeos regulares: Las personas con antecedentes familiares deben hacerse chequeos regulares para monitorear su estado de salud.
Si aparecen síntomas anormales, busca atención médica rápidamente para obtener un diagnóstico y tratamiento profesional.
1. Evitar lesiones: Los pacientes con espondilitis anquilosante son propensos a la osteoporosis. Incluso las lesiones menores pueden causar fracturas o empeorar la condición. Por lo tanto, evita actividades extenuantes y lesiones.
2. Mantener un estado de ánimo feliz: La aparición de la espondilitis anquilosante está relacionada con los estados emocionales. Mantener un estado de ánimo feliz y evitar la fatiga excesiva y las fluctuaciones emocionales puede ayudar a reducir el riesgo de la condición.
3. Detección genética: El gen HLA-B27 está estrechamente relacionado con el desarrollo de la espondilitis anquilosante. Si es necesario, sométete a una detección genética para comprender tu riesgo de desarrollar la condición.