Muchos ancianos sufren de estreñimiento, lo cual está influenciado por factores fisiológicos, relacionados con enfermedades, medicamentos, ambientales, psicológicos y de estilo de vida.
Desde una perspectiva fisiológica, a medida que los ancianos envejecen, sus funciones corporales disminuyen, lo que lleva a una motilidad intestinal más lenta y a músculos del esfínter anal debilitados, lo que resulta en dificultad para defecar.
Desde una perspectiva de enfermedades, las personas mayores con hemorroides, fisuras anales y otras condiciones pueden evitar la defecación debido al dolor, lo que lleva al estreñimiento crónico.
Desde una perspectiva de estilo de vida, muchos ancianos prefieren alimentos ricos en grasas, azúcar y sal, y no consumen suficientes frutas y verduras frescas. Esta preferencia alimentaria puede ralentizar la motilidad intestinal y causar una absorción excesiva de agua de las heces, lo que lleva al estreñimiento.
Algunos ancianos utilizan enemas, hojas de sen y soluciones orales de lactulosa para tratar el estreñimiento. Si bien estos medicamentos pueden aliviar los síntomas a corto plazo, tienen efectos secundarios significativos. Al estimular la motilidad intestinal, pueden promover las evacuaciones, pero la dependencia a largo plazo puede causar disfunción intestinal, empeorando el estreñimiento.
Se recomienda elegir alimentos que lubrican los intestinos, promuevan la peristalsis y aumenten el contenido de agua de las heces, como la miel, los plátanos y las nueces. Estos alimentos contienen enzimas ricas, fibra dietética, fructosa, grasas y proteínas, que pueden promover la peristalsis intestinal y mantener las heces húmedas.
Siga los principios de “comer más, comer con moderación y evitar el desequilibrio”. Coma más verduras y frutas frescas; consuma una cantidad moderada de aceites vegetales; evite la ingesta excesiva de alimentos ricos en grasas, azúcar y bajos en fibra; mantenga una dieta equilibrada para proporcionar al cuerpo diversos nutrientes necesarios.
Beba suficiente agua todos los días. El agua adecuada puede ablandar las heces, facilitando su paso. Sin embargo, limite la ingesta de cafeína, bebidas azucaradas y otros irritantes.
Consuma regularmente probióticos y bacterias beneficiosas en su dieta diaria. Pueden ayudar a mantener el equilibrio de la flora intestinal, lo cual tiene un efecto positivo en la prevención del estreñimiento.