El tejido pulmonar en sí no tiene nervios del dolor, por lo que el cáncer de pulmón en etapa temprana generalmente no causa dolor. Esto hace que sea difícil para los pacientes percibir anomalías en los pulmones a través del dolor.
Los síntomas tempranos del cáncer de pulmón a menudo son inespecíficos, que pueden incluir tos persistente, producción de esputo, tos con sangre, dolor en el pecho y dificultad para respirar. Estos síntomas son similares a enfermedades comunes como el resfriado común y la bronquitis, lo que los hace fáciles de pasar por alto.
Durante el proceso de crecimiento, el cáncer de pulmón puede no causar síntomas evidentes durante un largo período. Los síntomas más notables solo aparecen cuando el tumor alcanza un tamaño determinado, invade tejidos u órganos adyacentes o metastatiza.
Aunque las tomografías computarizadas de baja dosis en espiral se pueden usar para la detección del cáncer de pulmón, no todos son aptos para dicha detección. Además, la popularidad y aceptación de la detección aún deben mejorarse.