Muchas futuras madres experimentan un aumento en la secreción debido a los cambios hormonales durante el embarazo, lo que puede llevar a que se pasen por alto algunas situaciones inesperadas.
La secreción normal es principalmente moco claro. Sin embargo, si hay un flujo continuo de secreción acuosa y clara (lo que podría indicar una ruptura temprana de aguas), o si la secreción se vuelve más oscura o muestra sangrado significativo (lo que podría ser un signo de placenta previa o desprendimiento placentario), no se puede descartar el parto prematuro. Se recomienda buscar atención médica de inmediato.
Durante las etapas medias y finales del embarazo, las futuras madres pueden sentir a veces que su abdomen se tensa, pero generalmente vuelve a la normalidad después del descanso, lo que se considera contracciones uterinas ocasionales.
Sin embargo, si las contracciones son persistentes, ocurriendo cada 5-10 minutos, y no se alivian con el descanso, se debe buscar atención médica de inmediato para diagnosticar si hay una tendencia a un parto prematuro y determinar las medidas necesarias para la protección del feto. Si las futuras madres experimentan alguna de estas condiciones durante el embarazo, no deben entrar en pánico, sino buscar ayuda médica de inmediato.