Si los síntomas causados originalmente por el cáncer, como el dolor o la hinchazón, desaparecen repentinamente, esto puede indicar que el cáncer está bajo control o se está curando.
Si los tumores o bultos que antes eran detectables al tacto ya no están presentes, y otros síntomas relacionados también han desaparecido, esto a menudo se considera un signo de curación del cáncer.
Si los exámenes endoscópicos como la gastroscopia, nasofaringoscopia, colonoscopia, histeroscopia o colposcopia, así como las pruebas de imagen como la TC y la RMN, no muestran signos de tumores, sugiere que el tumor puede haber sido eliminado.
Si los marcadores tumorales y otros indicadores de laboratorio vuelven a la normalidad, esto generalmente indica que el tratamiento del cáncer ha sido efectivo y el paciente está en camino a la recuperación.
Si no aparecen nuevos síntomas con el tiempo después del tratamiento y los síntomas existentes han mejorado, esto puede indicar que el tratamiento ha tenido éxito.
Seguir un estilo de vida saludable, que incluye una dieta equilibrada, ejercicio regular y evitar fumar y beber alcohol, ayuda a aumentar la resistencia del cuerpo y mejorar el pronóstico.
Seguir estrictamente el consejo médico, incluyendo tomar medicamentos a tiempo, chequeos regulares y ajustes necesarios en el estilo de vida, es crucial para la recuperación.