Las personas mayores saludables pueden realizar ejercicios de caminata de intensidad moderada durante al menos 150 minutos por semana, o ejercicios de alta intensidad durante 75 minutos, o una combinación de ambos. Aumentar esto a 300 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 150 minutos de alta intensidad por semana puede proporcionar beneficios adicionales para la salud.
Las personas mayores con enfermedades crónicas deben participar en actividades físicas de acuerdo a su condición de salud y capacidad, comenzando con pequeñas cantidades y aumentando gradualmente la frecuencia y la intensidad. Para los pacientes con hipertensión, diabetes tipo 2, etc., los ejercicios de caminata pueden traer beneficios para la salud, pero deben realizarse bajo la guía médica.
Las personas mayores con problemas de movilidad pueden optar por caminar lentamente con la asistencia de otras personas o usar ayudas como bastones o andadores.
Las personas mayores con baja densidad ósea deben evitar saltos intensos o actividades de alto impacto y elegir ejercicios de caminata que pongan menos presión en las articulaciones.
Los ejercicios de caminata pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se recomienda aumentar gradualmente el número de pasos que se dan cada día para mantener la salud.
Las personas mayores con riesgo de caídas deben caminar en entornos seguros, como lugares con pasamanos o paredes para apoyarse.