Las grandes moléculas en los duraznos pueden aumentar la carga sobre el estómago y los intestinos. Para aquellos con función gastrointestinal débil, comer duraznos puede causar dolor abdominal o diarrea.
El sistema gastrointestinal de los infantes no está completamente desarrollado y puede no ser capaz de digerir las grandes moléculas en los duraznos, lo que fácilmente causa reacciones alérgicas. El consumo excesivo de duraznos por mujeres embarazadas puede causar calor interno, lo que lleva a un aborto espontáneo o sangrado.
La pelusa en la superficie de los duraznos puede causar reacciones alérgicas en algunas personas, como enrojecimiento facial, hinchazón y picazón. Aquellos con tendencias alérgicas deben evitar comer duraznos o lavarlos bien antes de comer.
La Medicina Tradicional China considera que los duraznos son cálidos. Para aquellos con calor interno o propensos a sobrecalentarse, el consumo excesivo de duraznos puede empeorar sus síntomas.
Los pacientes con enfermedades de la piel tienen la piel más frágil. La pelusa en los duraznos puede exacerbar las condiciones de la piel y los síntomas de picazón.
Al comer duraznos, es importante elegir frutas maduras y evitar comer duraznos inmaduros o podridos para reducir los riesgos para la salud.