La dermopatía diabética se encuentra más comúnmente en las piernas y los pies, pero a veces puede aparecer en los muslos, las nalgas y el pecho.
La dermopatía diabética generalmente se presenta como manchas marrones o negras que pueden tener algo de descamación o costra en la superficie. Estas manchas pueden variar en tamaño desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros, y los bordes suelen estar bien definidos.
La piel en las áreas afectadas por la dermopatía diabética puede volverse áspera y, a veces, puede haber hiperpigmentación, lo que hace que las manchas se oscurezcan.
La causa exacta de la dermopatía diabética no se entiende completamente, pero generalmente se cree que está relacionada con complicaciones microvasculares y neuropáticas de la diabetes. Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los microvasos de la piel, afectando su función normal y llevando a la formación de dermopatía diabética.
La dermopatía diabética es una de las complicaciones crónicas de la diabetes y es más común en pacientes con diabetes a largo plazo. Generalmente está relacionada con la gravedad de la diabetes y, a veces, puede mejorar cuando se mejora el control del azúcar en la sangre.