Aunque muchas personas tienen reacciones adversas a ciertos alimentos, las alergias alimentarias verdaderas desencadenadas por el sistema inmunológico son relativamente raras, afectando aproximadamente al 2% de los adultos y al 6% de los niños. Los síntomas de las alergias alimentarias pueden incluir hormigueo en la boca, urticaria, hinchazón de los labios, la cara, la lengua y la garganta, sibilancias o dificultad para respirar, mareos o desmayos.
La intolerancia alimentaria es diferente de una alergia alimentaria ya que no involucra al sistema inmunológico. La intolerancia a la lactosa es un ejemplo de esto. Algunas personas son intolerantes a la lactosa porque carecen de la enzima lactasa, que es necesaria para digerir la lactosa que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. Cuando la lactosa no se digiere correctamente, puede causar dolor abdominal, diarrea e hinchazón.
Si tienes una alergia alimentaria, incluso una pequeña cantidad del alimento puede desencadenar una reacción alérgica grave. En contraste, si tienes una intolerancia alimentaria, generalmente puedes consumir pequeñas cantidades del alimento sin ninguna reacción adversa.