La nutrición debe ser razonable y completa; proporcionar la cantidad adecuada de proteínas de alta calidad; garantizar la ingesta adecuada de energía para prevenir la producción de cuerpos cetónicos; asegurar el suministro de alimentos minerales, especialmente los alimentos ricos en calcio, fósforo y zinc; ingerir una cantidad adecuada de vitaminas, especialmente del complejo B; elegir verduras y frutas frescas y no contaminadas para prevenir la diarrea y el estreñimiento.
La ingesta diaria de energía aumenta en comparación con el primer trimestre; asegurar la ingesta suficiente de proteínas; aumentar moderadamente la ingesta de grasas, representando el 25%-30% de la energía diaria; proporcionar una cantidad adecuada de minerales diarios, especialmente alimentos ricos en calcio, fósforo y yodo; aumentar moderadamente la ingesta de vitaminas, especialmente alimentos ricos en ácido fólico y vitamina B12; la dieta debe ser ligera para prevenir la retención de sodio y agua, y reducir la carga cardíaca.
Este período es el de mayor reserva de proteínas para la madre y el feto, por lo tanto, la ingesta de proteínas, especialmente de alta calidad, debe incrementarse adecuadamente. Garantizar el suministro de energía, limitar adecuadamente los alimentos ricos en grasas y azúcares. Aumentar adecuadamente los alimentos ricos en calcio y aquellos que promuevan la absorción de calcio. Aumentar adecuadamente los alimentos de origen animal ricos en hierro para incrementar la ingesta de hierro. Proporcionar suficientes vitaminas solubles en agua, especialmente la ingesta de vitamina B1, para prepararse para el parto. Ingerir una cantidad suficiente de ácidos grasos poliinsaturados para asegurar el desarrollo cerebral del feto.