Frutas como la caña de azúcar, piña, plátanos, durian y uvas tienen un alto contenido de azúcar y pueden causar que los niveles de azúcar en la sangre aumenten rápidamente después de su consumo.
Frutas como la sandía, melón y dátiles tienen un índice glucémico (IG) alto, lo que significa que se digieren y absorben rápidamente, provocando un rápido aumento en los niveles de azúcar en la sangre.
Frutas como el lichi y el mango tienen una carga glucémica (GL) alta, lo que indica que afectan significativamente los niveles de azúcar en la sangre después de su consumo.
Frutas como los limones, naranjas, espino y toronja pueden no tener necesariamente un alto contenido de azúcar, pero su naturaleza ácida puede estimular la secreción de ácido gástrico, causando molestias para las personas con exceso de ácido gástrico o estómagos sensibles. Se aconseja evitar consumirlas en grandes cantidades.
Frutas como la pitahaya (especialmente la pitahaya roja) e higos tienen un alto contenido de azúcar, y comer demasiado a la vez puede provocar un aumento en los niveles de azúcar en la sangre.
Para aquellos con buen control de azúcar en la sangre, los diabéticos pueden elegir frutas bajas en azúcar o de bajo IG y consumirlas con moderación, como manzanas verdes, toronjas, peras y kiwi.